¿Por qué? vs ¿Para qué?

Eres de las que te preguntas ¿por qué pasan las cosas? O ¿ para qué te pasan las cosas?

Hoy, quiero explicarte y que reflexionemos juntas sobre la diferencia entre una y otra pregunta.

Cuando diagnostican a un hijo/a de alguna neurodiversidad una de las primeras preguntas que nos hacemos constantemente es “¿Por qué?”. Se nos pasan por la cabeza un millón de preguntas en las que intentamos averiguar qué pasó o qué hicimos para que nuestro/a hijo/a tenga esas características.

Y, déjame decirte, que todas esas preguntas son normales. Yo también me las formulé. Una y otra vez, sin tener una respuesta clara, que me convenciera y, sobre todo, que me aliviara.

No había nada en esos ratos de reflexión que me aportara alivio o que fuera entendible para mi. Al contrario, empecé a generar unos sentimientos y emociones de frustración, culpa, dudas, miedos….que crecían por momentos y que se adueñaban de mi vida y también del resto de la familia. Pues yo, sin saberlo, estaba “traspasando” todas esas emociones en forma de energía que no
beneficiaba para nada al día a día familiar.

Aunque te pueda parecer frío o insensible, y aunque me costó mucho entrenamiento llegar a esta conclusión que te voy a contar, entendí que mi hijo era autista antes y después del diagnóstico y que eso no iba a cambiar. A partir de ahí tenía dos opciones: tirar la toalla, resignarme, quedarme en el porqué de esta experiencia de vida o decidir descubrir el para qué estaba y estamos viviendo todo esto y, sobre todo, para qué él me había escogido como su mamá, como su GUÍA PERFECTA Y ELEGIDA.

Y me gusta recalcar siempre que no somos perfectas porque todo lo hagamos como es. Somos perfectas porque somos la elección de ellos/as y eso, querida MAMÁ DESPIERTA, es una verdadera bendición.

Así que centrarnos en el para qué es verdad que no va a cambiar las cosas, sin embargo nos va a permitir tomar acción, no sólo para nuestro crecimiento sino también para el de nuestro/o hijo/a.
No se trata de endulzar la neurodiversidad de tu hijo/a, ni de que no te afecte o que no te produzca un motón de emociones no agradables para ti. Se trata de ACEPTAR, la experiencia que estás
viviendo tú y tu hijo/a y centrarte en todo lo que puedes hacer por él/ella, por ti e incluso por toda la sociedad. Pues, déjame decirte, que eres elegida también para contribuir a una sociedad inclusiva desde el verdadero respeto y amor.

Esta experiencia de vida tiene sus días, sus momentos, sus situaciones y no siempre son igual de fáciles. Pero creo firmemente que eres la persona indicada para acompañar y guiar a tu
maravilloso/a y mágico/a hijo/a.

Recuerda querida mamá, QUE LO ESTÁS HACIENDO MUY BIEN.

Te Abrazo.

Carolina Rodríguez